El Primer Templo, o Templo de
Salomón, fue contruido en el siglo X adC, y destruido por los babilonios en el
586 adC. El Segundo Templo, en tanto, fue reconstruido por Esdras y Nehemías a
la vuelta del Exilio de Babilonia, y vuelto a destruir por los romanos en el año
70 de nuestra era, luego de la Gran Revuelta Judía. De tal modo, cada templo se
mantuvo en pie por unos 400 años.
De acuerdo con la leyenda, cuando
las legiones del emperador Tito destruyeron el templo, sólo una parte del muro
exterior quedó en pie. Tito dejó este muro para que los judíos tuvieran el
amargo recuerdo de que Roma habia vencido a Judea (de ahí el nombre de Muro de
las Lamentaciones). Los judíos, sin embargo, lo atribuyeron a una promesa hecha
por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del sagrado
templo como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judío. Los judíos han
rezado frente a este muro durante los últimos dos mil años, creyendo que este es
el lugar accesible más sagrado de la Tierra, ya que no pueden acceder al
interior de la Explanada de las Mezquitas, que sería el más sagrado de todos.
Seis Razones
por las cuales el Muro es Sagrado:
1. Lugar del Templo Sagrado
El Muro de los Lamentos es el único
resquicio del Templo Sagrado en Jerusalém, que fue destruido por Tito en el año
70 d.e.c. El Templo, centro del mundo espiritual era el principal medio de
transmisión de divinidad para nuestro mundo.
El monte del Templo es también llamado
Monte Moriá. Es el lugar donde Abraham intento sacrificar a su hijo Ytzjak, y
donde Yaacov soñó con la escalera que subía al cielo.
2. Recuerdo Permanente de la
Existencia de Dios
Nuestros sabios profetizaron que después
de la destrucción del Templo la presencia divina nunca dejaría el Muro de los
Lamentos (Occidental). Él está repleto de santidad eterna. Por esta razón el
nunca será destruido.
El muro simboliza al Pueblo Judío, que
también sufrió varios esfuerzos para ser destruido, y, así como el Muro,
sobrevivió y se mantuvo a pesar de sus enemigos, y continua fuerte. Cuando D'os
hizo su alianza con Abraham, dijo que esta seria eterna, asegurando la
existencia eterna del Pueblo Judío.
3. Lugar de Lágrimas y Peregrinación
Durante los tiempos del Templo, los
Judíos de toda Israel peregrinaban al Templo tres veces al año. Durante los 1900
años de exilio los Judíos siempre viajaron para Jerusalém para tener la
oportunidad de rezar en el Muro, orando por la redención.
De 1948 a 1967, durante la ocupación
árabe de Jerusalém, a los Judíos les fue prohibido acceder al lugar del Muro.
Con la liberación de Jerusalém, en 1967, el lugar quedo abierto para que el
Pueblo Judío pudiese orar en su lugar más sagrado.
4. Foco de las Oraciones
Tres veces al día, por millares de años,
los rezos judíos siempre fueron hechos en dirección al Muro en Jerusalém. Como
decía el Rabino Yehudá HaLevi, "Estoy en occidente, pero mi corazón esta en
Oriente (Jerusalém)".
Nuestra tradición mística dice que todas
nuestros rezos van para el lugar del Templo, y de allá, ascienden para el cielo.
El Talmud dice que si alguien está rezando fuera de la Tierra de Israel, su
corazón debe estar dirigido para Jerusalém. Como dice la Biblia: "Y ellos
rezaran para Ti a través de la tierra que Tu les diste, a través de la tierra
que Tu diste a sus antepasados, la ciudad que Tu escogiste, en la casa que
construi en Su nombre." (Reyes I 8:48).
5. Construido con Amor y Dedicación.
Cuando el Templo estaba siendo
construido, el trabajo fue dividido entre varios sectores de la población. La
construcción del Muro de los Lamentos (Occidental) quedo a cargo de los más
pobres, y ellos trabajaron duro para construirlo, pues no podían contratar
trabajadores para construir por ellos.
Cuando el enemigo destruyo el Templo,
ángeles descendieron del cielo y protegieron al Muro construido por los más
pobres, que nunca debería ser destruido.
6. Lugar de Heroísmo Judío
Cuando el Primer y el Segundo Templos
fueron destruidos, y durante la Revuelta de Bar Cojba, héroes de Israel lucharon
como bravos leones para defender cada piedra del Templo. Ellos sirvieron como
ejemplo de coraje para el Pueblo Judío. Como ellos, los soldados israelíes, en
1967, lucharon arduamente para liberar el Muro de los Lamentos (Occidental) y el
Monte del Templo y reconquistarlos para la soberanía israelí.
Las imágenes pertenecen a
Salomón Aquino, quien las ha enviado para compartirlas
Retomado por Isaac David Guerra Minchez
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